Mírate en el espejo

Al verte en el espejo, ¿qué es lo primero que piensas? Este pensamiento tiene más importancia de lo que parece y te voy a decir por qué. Los estereotipos de nuestra sociedad actual, nos han enseñado que tenemos que ser de cierta manera para ser aceptados, y esto es algo que cada día hace que más personas quieran cambiar su manera de verse o de actuar para encajar en el mundo. Pero en realidad, al vernos en el espejo tenemos que aprender a amarnos tal y como somos. 

Puede que no tengamos la tez perfecta ni seamos %100 simétricos, puede que tengamos la nariz un poco chata o incluso los ojos un poco separados. También puede que no tengamos el cabello más brilloso del mundo, o que no seamos de la estatura “ideal”. Puede que tengamos unos kilitos de más o unos kilitos de menos. Puede que seamos un poco encorvados, o nos estemos quedando calvos. Incluso puede que sin maquillar creamos haber perdido la belleza, o sin habernos peinado pensemos que no nos vemos bien. 

Parece que sólo he descrito cosas negativas... pero en realidad he descrito la belleza misma. No eres hermosa por como te vistes, por como te peinas o por cómo te maquillas. Eres preciosa porque la belleza ya habita dentro de ti desde antes de nacer, sólo debes comenzar a creerlo. La belleza no es perfección, la imperfección es lo que es bello, porqué así, eres imperfectamente perfecta, y eso es lo que te hace bella. No eres menos guapo por no tener los músculos marcados, ni vales por cuántas horas pases en el gimnasio. No te ves más débil al estar llorando, te ves más fuerte. No creas lo que todos dicen, aprende que si te dan ganas de llorar a la mitad de la calle, puedes hacerlo y está bien que lo hagas. No te avergüences por cómo eres.  Lo que te hace único y especial es tu corazón. 

Puede que a veces sientas que la persona que está al lado de ti es mejor que tu, pero hoy te digo que esto no es verdad. Todos somos únicos, todos somos especiales y todos somos perfectos. Debemos aprender no solo a vernos en el espejo sino a realmente a mirarnos en el espejo. Aprender a agradecer cada parte de nuestro ser, cada facción de nuestro rostro, cada actitud, cada gesto, cada movimiento, cada tick, todo nos hace inigualables, y perfectos. Hay que dejar de buscar la perfección en el exterior, y comenzar a buscarla en nuestro interior. Observa todas las cosas bonitas que se te han sido dadas pero que tal vez no te has dado cuenta. Comienza no solo a verte en el espejo, comienza a amarte y comienza a valorarte. Comienza a mirarte en el espejo. Porque vales y mucho, no dejes que nada te haga cambiar de parecer. Jamás, ni por un breve instante, creas lo contrario.  

Daniela Cortés Navarro 

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